Un verano con Air Comet


Historias de compañías que no viven aún la era de la globalización, pero se la presumen

Por Albeiro Rodas

Medellín, 11 de agosto de 2008

Llegué al mostrador de Avianca en Bogotá para hacer el embarque a Medellín. Quedaban sólo unos 20 minutos y puse el tiquete recién pagado frente a una mujer de aspecto serio, lentes y mirada directa. Le dije que iba en el vuelo de las nueve y ella me respondió «Buenos días» y sonrió. Era la primera sonrisa que me daba alguno de una compañía en un areopuerto desde que había llegado al Areopuerto de Barajas dos días antes. Ella me dijo que hacía unos minutos un señor de muy mal genio por poco la altera, pero que conservó la calma porque es lo mejor en este mundo de los afanes.

Entonces me acordé de nuevo del placentero viaje entre Phnom Penh en Camboya, Bangkok en Tailandia y Madrid en España en esa oriental compañía Thai Airways. Resulta que en el mundo de la globalización la ley del mercado se vive a plenitud: permanecen los mejores y si una compañía aérea ha de permanecer, crecer y tener nombre, será esta de Thai Airways. Lástima que vuela sólo desde Tailandia a Asia, Europa y Estados Unidos, pero no a América Latina. Me hubiese hecho placentero mi viaje de vacaciones a Colombia.

Air Comet, volar es más… frustrante

Del otro lado tenemos a Air Comet. No la conocía, pero la conocí bien este verano. Se trata de una compañía aérea española que dice en su portal electrónico que quieren «traer una nueva experiencia a sus viajes en donde la satisfacción al consumidor es nuestro referente«. Sin embargo, dicha carta de presentación entró en crisis este verano debido a evidentes irregularidades en los vuelos que han causado ya auténticas muestras de furor de parte de pasajeros que se han quedado sin sus vuelos o han sido alterados en sus rutas normales de viajes.

Al respecto, el consejero de economía y hacienda de España, Antonio Beteta, había pedido informaciones a Fomento sobre lo que estaba sucediendo con Air Comet y la situación y dijo:

«Los responsables del ministerio quzá estén de vacaciones, pero no los derechos de los consumidores».

Para sustentar la autoridad del gobierno español sobre la regulación a compañías como Air Comet, Beteta señaló los derechos de los usuarios de aviones según el portal del consumidor de Madrid. Sin embargo, los casos se multiplican y Air Comet sigue siendo el protagonista de disturbios e irregularidades en el Areopuerto de Barajas, mientras pasajeros de otras compañías aéreas siguen su itinerario con normalidad, siendo testigos mudos de las frustraciones de los pasajeros de Air Comet.

Según Diario Crítico, Air Comet es «una de esas compañìas baratas que hacen la competencia a Iberia en los vuelos trasatlánticos«, pero que es en realidad la heredera de la también célebre «Air Madrid» a la cual le fue retirada la licensia por incumplimientos. Ante la situación, la compañía se limita a dar falsas justiticaciones, desatiende a los pasajeros a los cuales les hace firmar una «hoja de reclamaciones» que nunca responde y sigue vendiendo tiquetes aéreos como si fuera una «Thai Airways» de calidad demostrada.

Un caso de muchos

Diario Crítico menciona el caso del vuelo a Lima y la respuesta que Air Comet da al diario. Pero véamos esta versión en la cual nuestro blog se vio implicado.

El lunes 8 de agosto el director de este medio tenía el vuelo Madrid – Bogotá que saldría a las 2 de la tarde en un tiquete comprado en Phnom Penh. Como es usual, dos horas antes llegué al areopuerto y me dirigí a la mesa de embarque. La señorita tomó mi tiquete y después me lo devolvió con otro que era el tiquete de embarque, previamente preparado, con mi nombre y los datos usuales, pero con una palabra en inglés que lo tachaba: «Over«. Es decir, que no había espacio para mí. Eso significa algo: significa que Air Comet vendió más puestos del que tenía para ese vuelo y que incumplió a un pasajero que venía del otro lado del mundo y que había comprado en su compañía desde una oficina lejana y lo había reservado. Obviamente, mi protesta fue escuchada sin reacciones propias y en cambio me dijo que debía ir a la oficina «del frente» para que me dieran la indemnización y me pusieran en otro vuelo.

Cuando caminé hacia el sitio descubri bien pronto que no era el único. Eran muchos los que habían obtenido la misma respuesta. Una larga espera, comentarios de insatisfacción y ya se oían esos decires de que Air Comet era como la difunta Air Madrid, sino la misma, resucitada algún verano para conquistar al mundo y de qué manera.

A Quito

Vino entonces lo insólito. Pero cuando uno se encuentra en una situación así, se siente una situación de impotencia. Imagínese: venir desde Asia, hacer una escala en Madrid y seguir para Colombia, pero entonces se encuentra uno con cosas como Air Comet, difícil de comprender desde todo punto de vista. Pasa uno por muchas posiciones del pensamiento: ¿se trata de algún sistema de corrupción que vive de ese tipo de situaciones y obtiene alguna ganancia? ¿se trata al contrario de una organización de ingenuos de la sociedad de consumo demasiado inéptos para mantenerse en el mercado y condenados a un fracaso pronto? pero esos pensamientos son muy altos. Más concretos son los problemas del momento y uno de esos es que se quiere viajar, llegar a su país, a su gente. ¿Qué será de aquellos que tienen una emergencia? Air Comet no puede responder a semejantes situaciones, muy ajenas a sus modos de ver el mundo.

Leo por caso en El País del día anterior, 7 de agosto, página 2, una mención de unos pocos renglones, que Air Comet «estudia emprender acciones legales contra Betete por sus acusaciones, que califica de falsas y gratuitas«. ¡Vaya! falsas y gratuitas. Lo que no es falso es que vengo desde Camboya y voy para Colombia y me dejan tirado en el areopuerto y que no soy el único. ¿A qué se refiere Air Comet con falso y gratuito? Otro problema filosófico. Talvez se trata de una pequeña organización política de esas que ven sólo lo que quieren ver de acuerdo a sus intereses ¿…mezquinos?

Y la solución:

Señor, lo voy a mandar en el vuelo de las 7 de la noche a Quito… allá llega y va a pasar la noche en un hotel, entonces sale en las horas de la madrugada en un vuelo a Bogotá en Airgal y tenga aquí le doy su indemnización por 600 euros… ¡el próximooooo!

Qué buena compañía: te mandan a otro país, te dan un hotel cinco estrellas, te mandan en otra compañía y te dan 600 euros. ¿Cómo vamos a ponernos a hablar mal de una compañía así tan certera y especial, tan preocupada por las necesidades de los demás?

Imagínese entonces aquellos que tienen que viajar a Bogotá ya, una operación médica, un enfermo terminal en casa, una reunión importante, un negocio para firmar, un seminario, una conferencia en una universidad… pues que se callen la boca con 600 euros y se vayan a conocer a Quito primero. Esta sí que le ganó a Thai Airways.

Ni siquiera puedo decir que estoy solo en esto. Conmigo, muchos otros. Unos se enojan y dicen cosas en voz alta, como para que las señoritas repartidoras de viajes por otras partes del mundo que no son las partes que uno compró, escuchasen. Me digo a mí mismo – en estos casos uno se vuelve filosófico -, que en realidad esas personas no tienen nada qué hacer en concreto, son sólo empleados y al paso que van, pronto no tendrán empleo, cuando una empresa como esta tenga que cerrar presionada por el acelere de la sociedad mercantilista que no perdona pecados empresariales como este. Los dueños del problema, los que generaron este caos, no dan la cara, ocupados este verano en sus vacaciones, quizá en las playas de Cartagena de Indias a la que volaron con Iberia o en Ciudad de Ho Chi Minh visitando pagodas vietnamitas y a las que volaron por Thai Airways. ¿Cómo van a volar por su propia empresa pobre y mala?

¡No estamos seguros si embarcamos!

Vuelvo a la mesa de embarque y le doy a una señorita mi morral (o mochila como dicen en España). Una mujer con rostro de presentadora de televisión me dice que no me entiende cuando le doy el papel de viaje a Quito, que no es un billete de avión normal, sino una hoja llena de extraños rayones, como los que hacen en una tienda para contar cosas. La mujer se desespera, como si fuera ella la que va a viajar y me dice que no entiende nada. Entonces pongo mi sonrisa asiática y le dijo con voz firme que es ella la que me tiene que explicar a mí todo, porque yo había comprado mi boleto desde Phnom Penh y eran ellos los que habían incumplido. No me responde, pero muestra un rostro de enojo, una ira acumulada en su entrecejo que le quita el aspecto de niña de televisión y la vuelve una especie de iracunda como de esas telenovelas mexicanas (siempre las malas en esas telenovelas son bonitas y rubias). Me tira mi pasaporte y me dice que me vaya ya, que el avión va a salir ya.

Entonces salgo rápido, pero me queda en la mente un detalle: la primera me había dicho que el avión salía a las 7 de la noche y esta me dice que el avión sale ya y son las tres de la tarde. En fin, paso controles y pronto estoy en la sala de embarque, llena de colombianos, ecuatorianos y algunos españoles. Muchos van para Bogotá vía un hotel en Quito. Pero dice un aviso luminoso que el vuelo está retrazado.

Me doy cuenta que el vuelo debía haber salido como a las diez de la mañana. Viene una mujer mayor, de unos 50, un aspecto respetable, con lentes y aspecto duro. Cuando llega al lugar, todos hacen una ovación de «¡Al fin!«, a lo que la mujer responde «No os prometo que salimos«, como si todos los pasajeros fueran niños y ella la abuelita de la que todos esperan dulces. Entonces avisa que el vuelo se retraza por problemas técnicos y que saldrá a las siete de la noche.

He ahí que pienso de nuevo en el detalle, mientras varias personas empiezan a gritar. Cuando me dijo la primera mujer que saldría a las siete de la noche, era porque estaban llenando el avión de Quito. Mientras ella hacía eso, a eso de la una de la tarde, el avión de Quito fue retrazado a propósito para esperar a los de Bogotá. Los pasajeros de Quito estaban esperando salir a las 3, pero los pasajeros de Bogotá sabían que saldría a las siete de la noche. Doble mentira, fácil de descubrir.

De nada sirvieron los gritos de los pasajeros, sentarse en por tierra frente a la caseta de información y la policía que vino al lugar. Al final, hubo que esperar a las siete de la noche. Una pequeña muestra de la impunidad que reina en estos casos. Nada pasa que no diga la empresa Air Comet.

No están reservados

Vuelo Madrid – Quito. Fue entonces cuando descubrí lo que significa una avión de Air Comet y las razones del precio. Es como viajar en una de esas chibas que van a las veredas. Nada qué ver con Thai Airways.

Llegamos a Quito a la medianoche y entonces al hotel. Dos grupos: el mío, más afortunado, al Shareton. El otro a un hotelucho. A las 4 de la mañana hay que estar listos para ir al areopuerto, el vuelo a Bogotá sale a las 7. Madrugamos. Llegamos a Airgal, una empresa ecuatoriana en la cual supuestamente viajaríamos. Un funcionario de Air Comet estaba allí. Cuando pasamos a ser atendidos por la funcionaria de Airgal, de nuevo otro problema: «Ustedes no están reservados«.

De nuevo esa sensación de impotencia. Como estar en las manos de quien hace lo que quiere con uno. De nuevo a practicar el zen camboyano o tailandés. De gritar y alterarse no se saca nada, pensé. Pero no los que venían conmigo. Se trataba de que Air Comet estaba esperando que hubiesen cupos en Airgal para poner a sus pasajeros damnificados. Lógicamente no podrían venir todos.

La furia se apropió de algunos que empezaron a gritar ahora en el Areopuerto de Quito, a las cinco de la mañana. Una señora incluso llegó a agredir a uno de los funcionarios de Air Comet. ¡Qué verguenza todo ello! ¿Será que Air Comet gusta de estar al centro de escándalos como ese? Estos funcionarios ecuatorianos reciben el problema que viene desde Madrid.

Por fin se vuelven a imponer: vuelvan al hotel y durante el día veremos en qué los mandamos. Le digo a algunos de mis compañeros de infortunio que no nos queda otra alternativa. Gritar y enojarse con ellos es como querer meter el océano en una botella. Mejor ir al hotel, descansar, ir a conocer a Quito y esperar. Total, Air Comet se había impuesto, pero había qué dejar precedentes.

Hablo con un funcionario de la aerocivil de Ecuador que se hizo presente y me dice que estaban pensando en multar a Air Comet. Creo que deberían multarla en cada país a donde vuela.

Las reglas en un mundo globalizado

Casos como los de Air Comet son excelentes para estudios de economía en un mundo globalizado como el nuestro. Todo va a la ligera, todo ocurre a tiempo record, todo se mueve a velocidad y presición. Por ejemplo, los pasajeros de Air Comet viven en un mundo del Internet y conocen mejor sus derechos de usuarios que los de hace 50 años.

Hablamos de la aldea global no sólo en el mundo de la información, sino también en los desplazamientos de tiempo y espacio. Moverse de un lugar a otros se hace cada vez más fácil. Sucede con las líneas aéres lo mismo que con la conexión Internet. Cada vez más se impone lo que es más rápido y efectivo. Una empresa lenta y problemática sufrirá indudablemente las presiones de un mundo globalizado en donde el mejor, el eficiente, el rápido y favorable cumplen las necesidades de usuarios que requieren todo ya mismo y mejor. En ese caso una empresa como Thai Airways tiene un gran futuro, en donde mezcla las necesidades del mundo globalizado con una cultura oriental de la amabilidad y el entendimiento. Por el contrario, Air Comet no tiene lugar en este mundo globalizado, al menos, como se nos presenta ahora mismo.

Mucho que aprender de todo. Lo mejor, conservar la calma.

Si viviste alguna experiencia con Air Comet, te invitamos a compartir tus experiencias en comentarios.

5 comentarios en “Un verano con Air Comet

  1. Yo digo..y quien tiene la culpa? la emprea por supuesto pero uds aun mas PORQUE SIGUEN COMPRANDO ALLÍ..y por mas que les pese por regulación de tickets la empresa solo esta comprometida a llevarlos a destino..no implica que no se puedan realizar escalas..esta dentro de la legalidad hacer ese tipo de cosas le pese a quien le pese..

  2. Vaya, todo esto es una copia exacta de lo que me paso a mi, solo con distinto destino, mi pesadilla empezo un fatidico 16 de agosto de 2008, en el aeropuerto de Barajas en Madrid, mi destino: Lima, Perú, llego con tres horas de anticipacion al terminal, presento la documentación en el counter de facturacion y recibo a cambio de todo ello una tarjeta de embarque con un escrito a mano: OVERBOOKING, me remiten a una oficina ubicada al frente del counter y ahi me dicen que voy a recibir una indemnizacion de 600 euros, indemnizacion que aun no se hace efectiva (hoy es 7 de enero de 2009, han transcurrido 6 meses) y que por experiencias de otros pasajeros NUNCA es pagada, es solo un paliativo de ese momento para evitar reclamos airados de los pasajeros y evitar gritos y degradar aun mas la imagen de AIRCOMET en el aeropuerto madrileño, me embarcan en un vuelo de Air Europa ha Buenos Aires confirmandome que ese mismo dia por la noche embarcaria hacia Lima en un vuelo de Aerolineas Argentinas. MENTIRA, apenas llego a Buenos Aires y me dirigo al counter de Aerolineas Argentinas, ahi me explican que no tengo reserva de nada y que el vuelo ya esta lleno, que no se puede hacer nada, despues de llamar telefonicamente a AirComet se dignan acercarse a las 10pm de la noche y me llevan a un hotel, mi vuelo sale dos dias despues de lo estipulado en Madrid.

    En fin, unos impresentables, el vuelo de regreso, Lima – Madrid tambien estuvo afectado por el OverBooking, pero yo fui uno de los afortunados que si pude embarcar, la experiencia de este vuelo nefasta, asientos incomodos, personal de abordo nervioso, estresado y casi al borde de las lagrimas por las situaciones que les hacen pasar debido a la mala gestion de quien dirige esta compañia, no hubo ningun tipo de entretenimiento a bordo (es un viaje de 12 horas) y solo funcionaba un solo baño, asi que imaginen lo que era ello.

    Como recomendacion, es mejor invertir, por que no es gastar teniendo en cuenta lo que nos espera con AIRCOMET, 100 o 150 euros mas en otra compañia que intentar viajar con esta gentuza.

  3. Ese asunto de los vuelos aéreos internacionales ha dejado a muchas aerolíneas con una pésima imagen. Con esa aerolínea no he viajado. Respiro… me acuerdo de una amiga pareja que tuvieron serios problemas para viajar a Colombia, eso sucedió hace más o menos ocho meses.

    Un abrazo desde mi alma!

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